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Datos nutricionales

El yodo y las emergencias nucleares (parte 2)

El yodo y las emergencias nucleares (parte 2)

Los haluros como el bromo y el fluoruro tienen una estructura similar a la del yodo y pueden absorberse en lugares donde se supone que debe hacerlo el yodo. Necesitamos mantener el flujo de yodo por todo el cuerpo para asegurarnos de que se absorba y de que los haluros no se absorban. Este método de aumentar la saturación para evitar la absorción de moléculas dañinas es la misma idea que se esconde detrás de la toma de dosis de emergencia de yodo.

El yodo se distribuye por todo el cuerpo, por lo que puede llevar algún tiempo hasta que se restablezcan todos los niveles de yodo. Las necesidades de yodo de la tiroides parecen satisfacerse primero. Las dosis regulares de yodo son una forma más eficaz de mantenerse protegido, especialmente porque disfrutará de los numerosos beneficios de la suplementación de yodo en todo el cuerpo.

El yodo y las emergencias nucleares (parte 1)

El yodo y las emergencias nucleares (parte 1)

El yodo se absorbe principalmente y con mayor rapidez en la tiroides. El I-131 es una forma radiactiva de yodo que suele estar presente en emergencias nucleares. Queremos evitar absorber el I-131 tanto como sea posible saturando nuestros tejidos que absorben yodo con yodo molecular y/o alguna forma de yoduro. Tomar una dosis alta (60-130 mg) de yoduro inundará la tiroides con yodo, lo que hará que el I-131 pase sin ser absorbido.